16.10.06

Libre, como el sol cuando amanece

El nuevo slogan de la COPE (y título de un libro editado por ellos mismos) para su publicidad estática me ha vuelto a iluminar. Reza “somos libres”. Está claro que una afirmación así se hace por dos motivos, o con dos intenciones: “Por fin somos libres” o “Aún somos libres”. No quiero entrar a valorar de qué se trata en este caso.

Pero la cuestión es otra. ¿Por qué se siente libre la COPE, y sus oyentes, por extensión? Si nos paramos a pensar qué han hecho todos aquellos que han luchado por la libertad nos llevamos las manos a la cabeza. La libertad, así en abstracto, es un objetivo loable. Suena bien, es una gran idea. Igual que la paz. Pero a diferencia de la paz, ausencia de conflicto, definir la libertad es complejo.

Un día se me ocurrió que ser libre quiere decir estar de acuerdo con lo que te rodea. Es decir, que ser libre es sentirse libre, ni más ni menos. Quien reclama libertad en realidad está reclamando libertad para cambiar aquello con lo que no está conforme. Nunca se lucha por la libertad de volver a estar como estábamos.

Para mí, determinismos y libres albedríos aparte, ser libre es eso, no querer hacer más de lo que se hace (o sea, no encontrar ningún impedimento en lo que se hace). ¿Qué importancia tiene lo que puedas hacer si no quieres hacerlo? Quizás por eso se pueda entender que los defensores de la libertad individual son los que más empeño ponen en coartar la libertad de los otros... para hacer algo que no les gusta.

Claro que según esta teoría, la COPE no sería realmente libre. Sin embargo lo proclaman; seguramente es que lo reclaman. Como los políticos en campaña: no prometen, mienten. Pues eso, que quien proclama la libertad, quien la reclama y quien lucha por ella, es el menos libre de todos. El que es libre de verdad es el que va silbando por la calle, sin plantearse siquiera qué demonios significa el cartelito de la COPE.

2 Comentaris:

Blogger Hugo deia...

Libertad es poder: poder hacer o no hacer según tu voluntad. El elemento clave aquí es el de voluntad, porque no se puede hablar de libertad si no hay posibilidad de hacer tal cosa. Como cuando en "La Vida de Brian" uno de los revolucionarios se empeña en que se le reconozca su derecho a ser madre, indiferente al hecho de que no puede serlo.

Así que el grado de libertad se definiría como la relación entre las cosas que puedes hacer de hecho y las que puedes hacer de derecho. Puedes matar, pero serás castigado si lo haces, por lo que por ahí no hay libertad.

El deseo de hacer y no hacer no afectaría a esta definición de la cosa, sino tan solo a nuestra percepción de libertad: la cantidad de fricciones entre nuestra voluntad y la posibilidad de actuación. Alguien que desee un cambio en el sistema político, que a poder ser le favorezca a él y a sus amigos, claro que no se sentirá libre, pero por serlo lo es tanto como cualquiera.

Ya sé que no es lo mismo que dije el otro dia, pero es que estoy en pijama.

9:36 a. m.  
Blogger Miada deia...

¿Hacer lo que quieras es ser libre?. ¿Quién silva feliz es libre?...

La libertad no existe sin responsabilidad, actúar como tú quieras, sí, pero haciéndote responsable de tus actos.

Un beso.

1:18 p. m.  

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